jueves, 30 de abril de 2015

LA SONRISA




 Su amor por ella hacía que todo le gustara, los profundos surcos de su cara, los pliegues en torno a esos dos pequeños charcos azules, las venas montañosas de sus pálidas manos, el color blanco nuboso de su pelo, su cuerpo esbelto y un poco curvado que hoy arrastraban sus pies. Pero lo que más le atraía era esa sonrisa hermosa y franca que ofrecían sus desgastados labios. Hacía dos días que no la veía sonreír y eso le inquietó. Pensó que en una de sus ausencias se había olvidado de sonreír.

 Una mañana en que ella se aseaba, un pajarillo se acercó a la ventana, con entusiamo infantil se acercó deprisa para verlo de cerca, el pajarillo levantó rápido el vuelo y ella agachó la cabeza para seguirle con la mirada, en ese momento su sonrisa franca que ofrecían sus desgastados labios cayó estrepitosamente de su boca y se hizo añicos contra el suelo. Miró hacia el lavabo y dos gotas como cristales salieron de sus ojos. ¡ Se había olvidado de ponerle pegamento a su sonrisa!.
 M.J

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