miércoles, 21 de agosto de 2013

LA CARTA

Hola querida:

 Ojalá pudiera escribirte una carta sin pesares, pero me  es imposible . Ayer me quedé 
mirando un rato mientras dormías, y vi en lo que nos habíamos convertido. Tú en una esplendorosa mujer madura, abierta de mente, solícita y contenta con el mundo. Yo sin embargo vivo inmerso en un mar de frustraciones, añorando el joven que fui y queriendo quemar los últimos cartuchos de una juventud que hace años me abandonó. Te preguntaría, como has conseguido salir de la rutina y como de un día gris haces un arco iris. Cuando te despiertes y leas esta carta , verás que he decidido que voy a cambiar y me voy a ir lejos a meditar sobre mi pobre relación conmigo mismo. 
 Te he cogido los ahorros que teníamos para las vacaciones y he reservado dos semanas en un hotelito en la costa azul, 
creo que el agua del mar me abrirá nuevos horizontes. No te doy la dirección para que no tengas la tentación de venir y así poder pensar sin presiones. Siempre tuyo.
                                                     
                       
                                 Narciso.



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